Hola amigos
(Cualquier detalle en cursiva, es nota personal
mía.)

Los
Secretos de la Guerra Fría. Gerry Vassilatos
La mayoría de las personas con las que me he topado en estos
años de investigación sobre ciencia oculta, siempre argumentan que los términos
científicos esgrimidos en los libros que hablan de Tesla son demasiado complejos
y científicos para ser entendidos por mentes “normales”. Cuando no es esto, se
escudriñan en el idioma inglés. Este artículo por su simplicidad expositiva
sobre los descubrimientos de Tesla, ha dejado de ser ya su excusa.
Las teorías de la conspiración con el tema particular de
Tesla, ha convertido un tema científico, en un tema mediático, populista,
conspirativo… con medias verdades, que han enterrado la verdad de Tesla. Igual
que la ciencia oficial. La más increíble verdad de toda nuestra historia
científica.,Tesla descubrió que la electricidad esta compuesta de dos
componentes, la electromagnética que todos conocemos, y otra componente estática
y fría, cuyas propiedades superan en MUCHO a todo lo que se ha dicho comúnmente,
algo que el libro que presentamos no se cansa de repetir y criticar.

Los
Secretos de la Energía Libre y la Electricidad Fría de Peter Lindemann
La mejor forma de entrar en Tesla, después de muchos años de
leer y releer montones y montones de libros, algunos muy buenos, otros
regulares, y bastantes de infumables, y sobretodo de haber experimentado en eso
que se llama la “trasmisión escalar”, es traduciendo el
episodio II del libro “Los Secretos de la Electricidad Fría”
de Peter Lindermann, que a su vez, es un resumen de las ideas expuestas en el
primer episodio del libro “Los Secretos de la Tecnología de la Guerra Fría; Lo
que había detrás del proyecto HAARP, de Gerry Vassilatos. Al igual que
Lindermann, Vassilatos redescubrió el eslabón perdido del legado del genio, y es
imprescindible por tanto, traducirlo para intoducirnos en unos conceptos que no
son del siglo XXI, sino que escapan al tiempo, y que nos fueron
arrebatados.
El puente entre Tesla y Vassilatos fue Edward Vincent Gray,
cuyo invento será comentado a su debido momento.
Allí va este episodio titulado “La Piedra de Rosetta”. Leedlo
con EXTREMA ATENCIÓN, sin interpretaciones mas lejanas de las palabras y luego,
estareis en licencia de opinar sobre el legado de Tesla.

James Clerk-Maxwell predijo la posibilidad
de que existieran ondas electromagnéticas, y en las discusiones teóricas
diseñadas para ampliar sus consideraciones matemáticas, Maxwell preguntó a sus
lectores que consideraran como posibilidades, dos tipos diferentes de
perturbaciones eléctricas que pudieran existir en la naturaleza. La primera de
estas, lidiaba con que fueran ondas eléctricas longitudinales, un fenómeno que
requería de gradientes de concentraciones de lineas de campo
electrostático.
Estas densas y raras pulsaciones de campos
electrostáticos, necesariamente demandaban de una propagación unidireccional, y
cuyo vector tuviera una propagación fija(y que siguiera
dichos gradientes). La única variable permitida
en la generación de estas ondas longitudinales era la concentración de las
líneas de campo, que es a más concentración mayor flujo
(es el concepto de
gradiente el mejor ejemplo es un mapa del tiempo; la dirección del viento sigue
siempre al gradiente de la presión, y si las líneas estan muy juntas, lo cual
implica un gran cambio de presión se producen grandes vientos, y siempre
siguiendo la dirección de dicho gradiente). Esta subsiguiente propagación a
través de las lineas de campo electrostático produciría picos de carga pulsantes
que se moverían en la dirección concreta
de dicho gradiente. Estas
“ondas electricas sonoras” (
las ondas de sonido son así longitudinales y
siguen los gradientes de presión) fueron desechadas por Maxwell, que
concluyó que tal condición, era imposible de producirse
(en concreto por
Olivier Heaviside que fué el hombre que reformuló las ecuaciones de Maxwell y
finalmente per Lorentz, que escribió la famosa contracción que fue la base de la
relatividad especial).

Tesla con su luz “fría”.
Su segunda consideración, lidiaba con la existencia de ondas
transversales electromagnéticas. Esta, requería de que las rápidas alteraciones
del campo electromagnético (en este caso no electrostático sino una
combinación de ambos magnético y eléctrico) se produjeran en este
caso, a través de un eje fijo. Las líneas eléctricas que se
esparcían supondrían que “se atan desde y hasta” bajo su propio
momento (transcripción literal que viene a decir en todas direcciones a
partir de un eje o punto), a la velocidad de la luz desde dicha fuente. Las
fuerzas correspondientes, duplicados exactos de las alteraciones producidas en
la fuente, deberían de poder ser detectadas a grandes distancias. Así que
Maxwell ahuyentó a que los experimentales buscaran estas formas de onda,
sugiriendo posibles vías para conseguir tal objetivo. Así que la búsqueda de
estas ondas electromagnéticas empezó.

Estatua a Tesla
Pero mientras se esforzaba hacia encontrar la mejor forma
de identificar estas ondas eléctricas, Tesla fue bendecido con una observación
accidental, que cambió para siempre el curso de sus investigaciones. En
sus propios intentos de conseguir algo en lo que Herz había fracasado, Tesla
desarrolló un poderoso método con el que esperaba generar y detectar verdaderas
ondas eléctricas. Parte de su aparato requería de la implementación de una gran
y potente banco de condensadores cargados a muy alto voltaje. Este “batería
condensativa” cargada a muy alto voltaje, era posteriormente descargada a través
de unas varas cortas de cobre. Las chispas y explosiones que salían, producían
varios fenómenos que impresionaron mucho a Tesla. y que excedían y en mucho, la
potencia de cualquier dispositivo eléctrico que Tesla hubiera visto y concebido
antes (en la época anterior conocida por la ciencia oficial en la que
descubrió la corriente alterna e investigó a alto voltaje y alta
frecuencia).

Imagen actual de Peter Lindemann, cofundador de
Borderland Sciencies y autor del libro
Esas chispas abruptas, a las que Tesla calificó de “descargas
disruptivas”, se encontró que eran capaces de explotar los cables
convirtiéndolos en vapor. Pero esas fuertes ondas eléctricas de choque
impulsadas se podían notar físicamente, ya que golpeaban literalmente la parte
delantera del propio cuerpo de Tesla durante los experimentos con gran fuerza.
Sorprendido por este efecto físico, Tesla se intrigó en sobremanera. Por el
contrario, más bien como disparos de un extraordinario poder que no de chispas
eléctricas se tratara, Tesla se volcó completamente en este nuevo
estudio (aquí empieza la parte de Tesla que la ciencia oficial
desconoce). Estos impulsos eléctricos producían efectos que hasta la fecha
se asociaban comúnmente a los efectos electrostáticos producidos por un rayo.
Los efectos explosivos le recordaban a sucesos similares a los observados con
generadores de corriente continua de alto voltaje (dinamos). Una
experiencia tristemente familiar para los trabajadores e ingenieros de las
centrales, el cierre simple de un interruptor en una dínamo de alto voltaje que
a menudo traía una descarga brutal, que se creía era el resultado de la carga
estática residual.

Tesla lee “tranquilamente”, en su mar de electricidad
fría
Tesla sabía que el extraño efecto de pico abrupto solo se
observaba en el instante mismo en que las dínamos eran conectadas, tal y como
ocurría en las descargas explosivas que había visto en sus condensadores. Aunque
los dos casos eran completamente diferentes, ambos producían los mismos efectos.
Esta descarga abrupta que aparecía de manera instantánea y brevemente al
conectar las dinamos, aparecía súper concentrada a lo largo de las líneas
eléctricas. Tesla calculó que esta concentración electrostática, era varios
órdenes de magnitud mayor que cualquier voltaje de ninguna dinamo le pudiera
proporcionar (en su régimen estacionario). Estos picos por tanto, eran
de alguna manera amplificados o transformados. Pero, ¿cómo?

Monumento a Tesla en Belgrado
A pesar de estas grandes ideas que este estudio estimulaba y
ponía encima de la mesa, Tesla vio una aplicación práctica que nunca se le
había ocurrido. En consideración a este efecto experimentado en la dinamo “de
sobrecarga”, sugirió un nuevo aparato experimental. Era algo que podría superar
a su “batería capacitiva” de condensadores, en la búsqueda para encontrar estas
ondas eléctricas. Un simple generador de corriente continua de alta tensión
suministraría su fuente de campo eléctrico. Tesla entendió que la
resistencia de las líneas o de sus componentes visto desde la dinamo, tendrían
que ser una “barrera”, que a las cargas les resultaría imposible de
penetrar. Esta barrera es la que haría que se produjera este
efecto”bunching” (del que hablaba arriba). Las cargas electrostáticas
eran literalmente detenidas durante un breve instante por la resistencia de la
línea, una barrera que sólo existía durante estos breves mili-segundos en los
que se le daba al cierre del interruptor. La súbita aplicación de una fuerza en
contra de esta densa barrera virtual, “apretaba” las cargas hasta una densidad
imposible de obtener con condensadores ordinarios. Era el impacto contra
esta barrera resistiva lo que la convertía en este anormal estado
“electro-densificado”. Y esta, era por tanto la razón que postuló
Tesla, por la que los cables conductores en sus experimentos a menudo
explotaban.
La analogía con la energía y los motores de vapor era inevitable;
los grandes motores de vapor tenía que ser con “valvuleados” con mucho cuidado.
Esto requería de la pericia de operadores con mucha experiencia ¬ que supieran
“abrir” el motor sin romper los vasos, y causar con ello una explosión mortal.
Si se hacia demasiado pronto, incluso una máquina de vapor de gran capacidad
podría explotar. El vapor de agua tenía que entrar en el sistema de manera
suave, hasta que comenzara a fluir suavemente y a poco a poco a través de todos
los orificios, conductos y componentes. También en este caso se producía un
efecto de “choking” (literalmente asfixia), de manera que en un
sistema de alta capacitancia se comportaba como una gran resistencia a cualquier
aplicación de una fuerza repentina y sostenida.

La electricidad estaría formada por electrones
(caliente) y éter (fría)
Los experimentos que se hacían sobre la tecnología de
Tesla en el mundo académico, seguían fijados todavía aún en su anterior
descubrimiento de las corrientes alternas de alta frecuencia, aunque Tesla se
encontraba solo (presumiblemente en secreto
siempre), estudiando exclusivamente estas abruptas
descargas impulsantes. Tesla conseguía hacer explotar sus
condensadores, de una forma que no se había observado ni experimentado jamás.
Cada componente fue aislado con cuidado, aplicándole barras de goma aislante y
otros sistemas, que garantizaban su completo aislamiento. Tesla había observado
máquinas electrostáticas con muy buena capacidad para aislar eléctricamente
metales, pero esta manifestación superaba la que produciría la carga de un
alambre por el cierre instantáneo del interruptor. Este efecto producía “saltos”
de carga, fenómenos nunca vistos antes por Tesla por su inusual fuerza bruta.
Independientemente de las condiciones observadas en los sistemas anteriores,
Tesla había aprendido e implementado la forma de maximizar el
efecto. Equilibrando la tensión y la resistencia contra la capacidad,
Tesla aprendió a producir rutinariamente sobrecargas contra dispositivos como
nadie lo había echo antes.
(Teniendo en cuenta que Tesla no tenía
diodos, transistores, osciloscopios, aislante para el hilo de cobre
imprescindible para bobinar, y que debía de trabajar con sistemas generadores de
señal mecánicos a muy baja frecuencia, siempre me he preguntado… ¿¿ como lo
hacía??).

La energía fría de Tesla en acción.
La tradicional observación empírica, nos decía que las
descargas ordinarias de los condensadores producían solamente corrientes
oscilantes, y no corrientes “de chispa” que literalmente “rebotaban” entre cada
placa y placa de condensador, hasta que la energía almacenada se
consumía. El alto voltaje de la dinamo ejercía tal presión
unidireccional contra las cargas (la propagación era unidireccional
siguiendo cierto gradiente y no transversal como veremos más adelante y como
había postulado Maxwell para este tipo de ondas), que estas se volvían tan
densas, que las oscilaciones de carga eran imposibles. Las únicas posibles
ráfagas de vuelta “backrush”, eran las oscilaciones. En este caso, las cargas
aparecían en forma de una serie de picos hasta que se consumían. Todos los
parámetros que forzaban estas oscilaciones, limitaban que la supercarga se
manifestara, algo que Tesla se esforzó en eliminar. De hecho pasó un largo
período de tiempo investigando y desarrollando diversos medios para bloquear
estas “backrush” y cualquier tipo de “eco” complejo, que podría forzar
prematuramente a la supercarga a perder su elevada densidad
energética. Lo importante de notar aquí, es que Tesla descubrió que tal
efecto exigía de un solo super pulso unidireccional. Una vez que se
consiguió eliminar las oscilaciones y las alternancias de carga, otros nuevos y
sorprendentes efectos comenzaron a hacer su aparición. Estos nuevos
fenómenos, caracterizados por poseer un gran alcance y una gran capacidad de
penetración, no se habían observado antes cuando se trabajaba a alta
frecuencia.

SparkGap magnético patentado por Tesla
El cierre repentino rápido y abrupto de los interruptores, produjo
una onda de choque que penetró a través del laboratorio, y que se pudo sentir
tanto como una presión fuerte, al igual que como una irritación eléctrica
penetrante. Una gran “picadura”. La cara y las manos, eran especialmente
sensibles a estas explosivas ondas de choque, que también producían un curioso
“escozor” a corta distancia. Tesla creía que las partículas de material
parecidas a ese estado de vapor definido antes, eran literalmente “arrojadas”
fuera del cable en todas las direcciones. Con el fin de estudiar mejor estos
efectos, se posicionó detrás de un escudo de cristal y vidrio, y reanudó la
investigación. A pesar de la protección, los efectos “urticantes” se siguieron
sintiendo, lo que desconcertó todavía más al cada vez más mistificado Tesla.
Esta anomalía provocó la curiosidad más profunda en Tesla, por algo nunca
previamente observado antes. Más poderosa y penetrante que la simple carga
electrostática de los metales, este fenómeno literalmente “propelía” alto
voltaje hacia el espacio circundante, provocando con ello que se sintiera esta
extraña sensación. La picadura, duraba una pequeñísima fracción de segundo,
justo durante el mismo instante del cierre de los interruptores. Pero Tesla
creyó erróneamente que estos efectos se debían a un simple efecto de ondas de
choque por aire ionizado, y no como un “trueno eléctrico iónico” (nota se
hace difícil una traducción por momentos pero vendría a ser un efecto del aire
ionizado en lugar de un verdadero efecto de manifestación de energía ethérica
eléctrica).
Tesla ideó una nueva serie de experimentos para medir la presión
de estas ondas de choque desde una distancia mayor. Se requeriría de un sistema
automático de “interruptor diferencial”. Adecuadamente dispuesto y calibrado,
era posible tener un mejor control sobre estos efectos “disparantes”
(triggering) característicos de los picos. Además, este nuevo arreglo
al sistema, permitió observar desde mayor distancia que desde el escudo.
Controlando la velocidad de la dinamo, se controlaban los picos de alto voltaje
y con ello, la tensión.

Torre Wanderclyffe. El sueño final de Tesla de enviar
energía fría a todo el mundo.
Con estos componentes correctamente ajustados, Tesla era capaz de
caminar mas libremente en los espacios de su gran galería-laboratorio, y con
ello, hacer mejores observaciones. Deseando también evitar precisamente estos
picos de voltaje (sparks) y los efectos urticantes en la piel de dichas chispas,
Tesla se escudó durante los ensayos en diversos materiales que iba cambiando
y probando su efecto de coraza. Estos nuevos ensayos que permitían
interrumpir (disrupter o sparkgap es un gap, un salto de corriente. Se
necesitan de unos 10.000 voltios por centímetro para que salte un arco de
corriente) la alta tensión en corriente continua, arrojó como resultado una
radiación en forma de “rayos picantes”, y que se podía sentir a gran distancia
de su fuente. De hecho, Tesla sentía estos efectos de “picaduras” a través de
los escudos sin NINGUN aparente problema! Cualquiera que sea lo que se había
liberado de los cables en el momento del cierre del contacto, penetraba sin
problemas las barreras de cristal y cobre. No había ningún tipo de diferencia,
daba igual la sustancia o el material que se usara como escudo, en realidad era
como si nada estuviera allí, los escudos para ese tipo nuevo de radiación,
eran absolutamente inútiles. Estábamos ante un nuevo efecto
eléctrico, que penetraba cualquier
material, y para el que no era necesario usar ningún tipo
de material como transmisor. ! Electricidad Radiante!
En estas nuevas y variadas observaciones, el fenómeno estaba
violando los principios de la carga electrostática establecidas y deducidas
experimentalmente años antes por Faraday.

Descarga etérica fría de Eric Dollard
Hasta ese momento se había observado que las
emisiones de cargas electrostáticas contra una superficie metálica siempre
salían rebotadas, y nunca, bajo ningún concepto, podían penetrar jamás ningún
metal (nota este efecto es popularmente conocido como celda de
Faraday, y responde al hecho de que el campo eléctrico en el interior de un
conductor es cero con lo cual, las ondas electromagnéticas y no estas ondas
eléctricas radiantes, no podían penetrar un metal). Este nuevo efecto tenía
ciertamente unas propiedades y características verdaderamente “no muy
eléctricas”, al menos en el sentido literal de lo que se había descubierto,
ya que Tesla estaba descubriendo que tal “celda” era cualquier cosa menos… tal
cosa.
Tesla fascinado por este fenómeno realmente nuevo y extraño, buscó
en la literatura referencias a sus diferentes y nuevas características. Tesla no
encontró referencia alguna dentro de los investigadores más importantes, con
excepción de dos observaciones hechas por dos experimentadores. En el primer
caso, un tal Joseph Henry observó la magnetización de agujas de acero producida
por una descarga abrupta y chispeante. La característica extraordinaria de dicha
observación (1842) residía en el hecho de que las chispas que salían de un
condensador conocido como
la
jarra de Leyden (
muy popular en esa época), y producían al parecer
dichas magnetizaciones

Tesla
Lost Inventions de George Trinkaus
en el piso superior de un edificio impermeabilizado a la
electricidad. Paredes de ladrillo, puertas de roble grueso, piedras pesadas,
suelos de hierro, techos de hojalata… Dichas agujas de acero, se encontraban en
una bóveda en el sótano. ¿Cómo surgió la chispa capaz de afectar y producir ese
efecto a través de esas en teoría barreras naturales a la electricidad? El Dr.
Henry creía que la chispa había lanzado algo parecido a “rayos especiales de
luz”, los cuales penetraban las “barreras” primero, y eran responsables de la
magnetización después.
Un segundo ejemplo (1872) se produjo en un edificio de
una escuela de secundaria en Filadelfia. Elihu Thomson, un profesor de física,
trató de hacer que las chispas de
una bobina
Ruhmkorrf grande (
un tipo de bobina que convertía bajo voltaje en DC a
picos y por tanto chispas de alto voltaje a través de un interruptor que cortaba
la corriente para producir dichos picos pulsantes de alto voltaje), fueran
más visibles durante una conferencia que pretendía dar. Colocando un polo de la
bobina a una tubería de agua fría,

Tesla
True Wireless de Trinkaus
Thomson intentaba encontrar la razón porque la naturaleza de las
chispas cambiaban del azul al blanco. Deseando ampliar este efecto, Thomson
conectó el otro polo a un tablero metálico. Reactivando la bobina, esta producía
un chillido de color blanco plateado, como de “encendido”, y de un brillo
impresionante que iluminaba por doquier. Deseando mostrar esto a su amigo Edwin
Houston, Thomson se dirigió a la puerta en donde algo lo detuvo abruptamente. Al
tocar el pomo de latón sobre la puerta de roble y por tanto completamente
aislado eléctricamente, Thomson recibió una fuerte e inesperada descarga
eléctrica. Apagando la bobina Ruhmkorrf, Thomson encontró que era posible
detener el efecto. Llamó a Edwin, y le resumió lo ocurrido. Luego, volviendo a
reproducir la misma condición en la bobina, las descargas volvieron a
producirse. Esta vez, los Thomson y Houston corrieron a lo largo del enorme
edificio de piedra, roble y hierro, pero esta vez, con objetos de metal
debidamente aislados. Cada toque que daban con una navaja o un destornillador
sobre algo metálico, por muy lejos de la bobina o aislado del suelo que se
encontrara, producía un seguido de largas y continuadas chispas blancas. El
relato, escrito como un pequeño artículo, fue publicado en Scientific American a
finales del mismo año.

Eric
Dollard, cofundador de Borderland Sciences, replicando con éxito la electricidad
fría de Tesla
Aunque descubierto por Tesla en 1889, la observación preliminar de
este efecto se publicó después de una intensa batería de investigaciones. El
artículo publicado como “La disipación de energía eléctrica”, publicado justo
antes de la Navidad de 1892, era la parte central y primordial de las
conferencias que impartía Tesla en ese momento. Ese fue el punto de partida, en
el que Tesla abandona definitivamente la investigación sobre la corriente
alterna a alta frecuencia (nota; oficialmente, Tesla llegó hasta aquí, y
todas estas investigaciones y descubrimientos sobre estas curiosas y
particulares propiedades del campo electrostático, son oficialmente ignoradas
y/o negadas por la ciencia oficial, que insiste en que tal forma de electricidad
fría no existe). A partir de este momento, Tesla firmó una especie de
divorcio secreto con el campo de la corriente alterna (por el que era
conocido), para centrarse en describir estas ondas de choque y los efectos
de dichos impulsos. Además de las sensaciones físicas, que él describía en
términos sensitivos, Tesla también se focalizóhacía el aparente aspecto
“gaseoso” (importante luego veremos porqué, se postuló así debido a
que su comportamiento se parecía mucho a este elemento) de los aspectos
relacionados con dichos fenómenos. Tesla observó, que los cables de carga
saltaban bruscamente en sus experimentos proyectando una corriente gaseosa
extraña cuando dichos eran sumergidos en baños de aceites (era la forma que
en esa época, Tesla tenía de aislar eléctricamente dichos cables).

Torre Wanderclyffe en construcción.
Ahora, Tesla preparaba una extensa serie de pruebas con el fin de
determinar la verdadera causa y naturaleza de estos pulsos de “gas”. En su
artículo, Tesla describe el escudo que impregna los picos literalmente como
“ondas de sonido de aire electrificado”. Sin embargo, hace una distinción entre
sonido, calor, luz, presión, y el choque que sintió pasar directamente a través
de las placas de cobre. En todo el conjunto según Tesla, “se observa como un
medio de estructura gaseosa, es decir, un conjunto de cargas capaces de moverse
libremente”. Como el aire no era, obviamente, este “medio”, a que se estaba
refiriendo Tesla entonces? Además en el artículo, Tesla establece claramente que
“
además del aire, esta presente este otro “medio” “.
A través
de sucesivos arreglos experimentales, Tesla descubrió varios hechos relativos a
la producción de su efecto (
interesante este
libro Nikola Tesla Colorado Spring Notes donde se explican de manera
detallada la era dorada de Tesla, cuando el genio trabajaba una media de 20
horas diarias sin descanso alguno). En primer lugar, la causa se encontraba
sin NINGUNA duda, en la forma brusca de la descarga
(eso a esas alturas
estaba más que claro). Fue en el mismo instante del cierre del interruptor,
que el súbito efecto se producía y por tanto, el efecto tenía que tener
definitivamente una relación con el tiempo, con el “impulso” del tiempo. En
segundo lugar, Tesla descubrió que era imperativo que el proceso de carga se
produjera en un solo impulso, sino, el efecto no se producía. En este sentido,
Tesla hizo comentarios breves que describen el papel del condensador en este
circuito de “radiación chispeante”. Se encontró, que
el efecto se
reforzaba poderosamente mediante la colocación de un condensador entre del
“perturbador” y la dinamo. Además, el dieléctrico del condensador
también sirvió para proteger a los devanados de la dinamo.
(el condensador
evitaba el rebote para atrás y comprimía más el “gas” etérico, forzando a que el
flujo fuera UNIDIRECCIONA, característica inequívoca de la componente
radiante).

Detalle de la esfera de cobre y de la red metálica de
la bobina de Tesla
Era imprescindible de cara a obtener el deseado y raro efecto, que
el condensador y sus líneas de cables conectados, fueran elegidas para recibir
la carga y descarga electrostática conseguida de forma unidireccional, por esta
forma de “staccato”. El verdadero circuito Tesla se parecía mucho a una
propulsión a chorro, donde no hay contrapresión que detenga el flujo
saliente(el flujo magnético interrumpe la vuelta a atrás). La carga
electrostática se eleva a un máximo de tensión, y luego, se descarga
todavía aun más rápidamente. La constante aplicación de alta tensión
por parte de la dinamo del circuito, aseguraba que se obtenía la sucesión
continua de “carga-descarga rápida”. Era entonces y sólo entonces que el
efecto Tesla se observaba. Los pulsos literalmente, fluían a través de
la dinamo. El condensador, el “perturbador sparkgap”, y sus líneas de cables
conectados, se comportaban como “válvulas con alas”.
La dinamo de alta tensión sigue siendo la verdadera fuente
electrostática. Este fue un hecho muy apreciado por Tesla, a quien no le
gustaban nada esos efectos dolorosos que se irradiaban desde el espacio. Era
evidente que la dínamo, de alguna manera, había sido modificada por el hecho de
adicionarse estos “pulsos”. Las dinamos que se utilizaron podrían proporcionar
tensiones mortales, capaces de matar a un hombre. Los circuitos con válvulas
estaban forzando la aparición de una extraña energía de efectos mortales. De
alguna manera, la dínamo emitía una energía dolorosa e incluso mortal. Pero…
¿cómo? ¿Por qué medio misterioso se había establecido esta condición? El
resultado de esta serie de experimentos fijó un nuevo concepto, una nueva idea
en la mente de Tesla. Tesla por supuesto, se había dado perfectamente cuenta, de
las implicaciones de su nueva y misteriosa energía de efecto campo. Esta
era, la electricidad radiante.

Eric Dollard, trabajando con Peter Lindemann
Ajustando correctamente los parámetros del circuito de válvulas,
Tesla aprendió a producir una serie muy rápida de impulsos unidireccionales.
Cuando los impulsos eran cortos, bruscos y muy precisos en el tiempo, Tesla
encontró que el nuevo efecto se expandía por todo el espacio, aparentemente sin
pérdida de intensidad. También encontró que este impactante efecto, penetraba el
metal y la mayoría de los aislantes, por más gruesos que estos fueran, con total
y absoluta facilidad. El desarrollo una forma de controlar dichos impulsos y sus
intervalos en el tiempo, para hacerlos lo más regulares y sucesivos, comenzaron
a descubrir un nuevo reino de efectos. Para cada duración de impulso, tenía sus
efectos peculiares, que eran capaces de sentir esos efectos “punzantes” a pesar
de estar debidamente blindados, y a distancias suficientemente alejadas (casi
cincuenta metros) del aparato emisor; Tesla descubrió en esta nueva fuente de
radiación, una nueva e inédita forma potencial para la transmisión de energía
eléctrica nunca encontrada hasta la fecha. Tesla fue el primero en
comprender que estas nuevas ondas eléctricas representaban un nuevo medio para
transformar el mundo, tal y como su antiguo y conocido sistema polifásico había
hecho en su momento.
Y
Tesla, tenía la firme intención de divulgar esos descubrimientos al mundo en
general. La nueva forma de electricidad radiante, tenía unas
características muy especiales, las cuales, el mundo científico no tenía
conocimiento alguno
(y como sigue siendo hoy en día). Trabajando con
una versión mas sencilla pero potente de su aparato original, Tesla encontró que
la electricidad radiante podría inducir efectos eléctricos a distancias
extremadamente distantes. Y lo que lo motivaba, no eran ondas alternas
transversales de naturaleza electromagnética (
ondas herzianas), sino
ondas longitudinales compuestas a su vez por ondas de choque. El avance de cada
onda de choque, era seguido por zonas neutrales, comprimidas por efecto de este
nuevo campo radiante. Las componentes vectoriales de estas sucesivas ondas de
choque, eran siempre unidireccionales
(conviene decir ahora ya, que estudios
recientes explican que se trataba de ondas escalares o la componente escalar del
campo eléctrico, siendo la vectorial la componente electromagnética. Sobre esto
explicaremos detalladamente en sucesivos artículos los
trabajos del físico alemán Kostantin Meyl). Las ondas de choque
(
shuttering) eran capaces de girar las cargas en la dirección de su
propagación.

Insolación eléctrica en aceite
Tesla quería determinar el efecto de disminuir poco a poco y
gradualmente la duración de los impulsos, un trabajo que requería una gran
habilidad y precaución. Y sabía que por ello se exponía a un peligro mortal.
Controlando la duración del arco magnético en DC, Tesla dio a conocer un nuevo
espectro de “luces energéticas”. Estas energéticamente hablando, eran algo como
nada hasta ahora visto. Tesla encontró que la duración de impulso solo define el
efecto que cada espectro sucinta. Estos efectos fueron completamente distintos,
y dotados de extrañas cualidades adicionales e inusuales en la naturaleza. Los
trenes de impulsos superiores a 0,1 mili-segundos de duración, producían dolor y
la presión. En este campos de energía radiante, los objetos vibraban e incluso
se movían siguiendo dichos campos de fuerza (
¿¿antigravedad como descubrió
Hutchison??). Los alambres finos, expuestos a estas bruscas cargas
radiantes, estallaban en vapor. El dolor y la presión, cesó cuando los impulsos
se redujeron a 100 microsegundos.
Con impulsos de 1,0 microsegundos, se sentía
sin embargo un fuerte calor fisiológico. Una mayor reducción en la duración del
impulso, llevó a iluminaciones espontáneas capaces de llenar las lamparas de
vacío de una sala de luz blanca (
luz radiante que se puede ver simulada en
este fragmento de la película El
Ilusionista o más realmente en el min19 de este video de
Borderland Sciencies, donde vemos los efectos fríos, azules, implosivos e
inocuos de esta radiación).

Otro detalle del sparkgap magnético que desfragmenta la
electricidad
En 1890, después de un período de intensa experimentación y
desarrollo, Tesla definió los componentes necesarios para la implementación
práctica de un sistema eléctrico de distribución de energía 100% radiante. Tesla
ya había descubierto el maravilloso hecho de que la duración de los impulsos de
menos de 100 microsegundos, eran inocuos y no producían ningún daño fisiológico.
Estos picos eran los que tenía previsto implementar en su programa de trasmisión
de energía inhalámbrica (entramos ya en la famosa Torre
Wardenclyffe). Además, las ondas generadas por los picos de 100
microsegundos duración, cruzaban toda la materia, lo cual implicaba una forma de
transmisión de energía idónea para una ciudad necesitada de
energía.
Tesla hizo un descubrimiento más sorprendente si cabe ese mismo
año, cuando colocó una larga hélice simple de cobre cerca de su “sparkgap
magnético”. La bobina, de unos sesenta centímetros de largo, no se comportaba
igual que las tuberías de cobre sólido y al conectar el sistema, Tesla observó
que la bobina se convertía en un envainado chispas blancas onduladas, y desde la
corona de la bobina, fluían largos y serpenteantes descargas suaves de color
blanco plateado a muy alto voltaje. Estos efectos se intensificaron en gran
medida cuando la bobina helicoidal se colocaba dentro del “sparkgap” (esto
enlazaría con el tercer capítulo del libro que habla del secreto de Edward
Vincent Gray y su tubo de captación de energía radiante sobre un sparkgap al que
se añadió una placa de carbonita). Dentro de donde supuestamente se
producían dichas ondas de choque, estas parecían aferrarse a la superficie de la
bobina. Extraño sin duda. La onda de choque se aferraba a la bobina en ángulo
recto, un efecto incomprensible. La longitud total de las descargas era
incomprensible. Con saltos de 1 pulgada entre punta y punta del sparkgap
magnético, las descargas resplandecientes y parpadeantes (el literal
flimmering vendría a ser la suma de flickering resplandecer y shimmering
parpadear) medidas desde la hélice podían llegar a una longitud de más de
dos pies! !Y esta descarga igualaba la longitud misma de la bobina! Fue un dato
inesperado y sin precedentes.

Sistema de transmisión de energía fría a partir de
transformador en bobina plana
Esta sucesión de impulsos unidireccionales de carga y descarga
provocaban un campo muy extraño que se expandía hacia afuera, pero que vagamente
se parecía a un “staccato”, un “tartamudeo” electrostático. Sin embargo, estos
términos no describían de forma satisfactoria las condiciones que en realidad se
medían alrededor del aparato, que era de cualquier modo, un poderoso efecto de
radiación radiante superior a todos los valores esperables con la pura
electrostática. El cálculo real de estos ratios de descarga resultó imposible.
Aplicando la regla de inducción magnética típica del transformador (y
archiconocida por todos los ingenieros actuales), Tesla era incapaz de
explicar ese efecto, ese enorme aumento de tensión. Las relaciones
convencionales fallaban. Las hipotetizó con el hecho de que el efecto se debía
enteramente a unas reglas de transformación radiante diferentes de las
electromagnéticas convencionales, y que obviamente, requerían de
demostraciones empíricas. Las mediciones sucesivas por tanto, lidiaron con las
longitudes de los arcos de descarga y los grados de las hélices, que necesitaban
de una relación matemática nueva.
Tesla había descubierto una nueva ley de
inducción, ondas de choque radiantes que se intensificaban cuando se
encontraban con ciertos objetos
(que en función de si eran dieléctricos o
conductores segmentaban mejor cada una de las dos componente eléctricas).
La segmentación era la clave para la liberación de la energía. Las ondas de
choque encontraban en la bobina una hélice y “se irradiaban” en su piel exterior
de extremo a extremo. Esta onda de choque no atravesaban los planos de la bobina
en un todo, sino que trataban dicha superficie como si de un plano aerodinámico
se tratara. Un aumento constante de presión eléctrica se midió a lo largo de la
superficie de la bobina. De hecho, Tesla decía que las tensiones a menudo podría
incrementarse en unos sorprendentes 10.000 voltios por centímetro de la
superficie de la bobina axial. Esto significaba que una bobina de 24 pulgadas
podría absorber la radiación de las ondas de choque, hasta aumentarlas un máximo
de 240.000 voltios! Estas transformaciones en tensión eran desconocidas a todos
los aparatos de ese volumen. Tesla también descubrió que los voltajes de salida
estaban matemáticamente relacionadas con la resistencia de las vueltas de la
hélice. Alta resistencia significa mayor tensión máxima (en este vídeo realizado
en el M.I.T
se puede comprobar el efecto
de aumento de la componente electrostática por efecto de una alta
resistencia).

Sistema de transmisión de energía fría a partir de
transformador en bobina plana (2)
Comenzó refiriéndose a su disruptor o sparkgap como su “primario”
especial, y la bobina helicoidal colocada dentro de la zona de ondas de choque,
como su especial “secundario”. Sin embargo, nunca con la intención de igualar
estos términos con los comúnmente referidos a los transformadores
magneto-eléctricos convencionales. Este descubrimiento era completamente
diferente de la inducción electromagnética. Había una razón real y medible por
la que se podía hacer esta afirmación tan aparentemente descabellada. Había una
característica particular que Tesla le dejaba completamente
desconcertado. Tesla midió cero corriente y cero magnetismo en estas
bobinas secundarias. Por consiguiente,
tensión pura, puro
voltaje era lo que se amplificaba en cada pulgada, en cada vuelta de la
bobina. Tesla llamó a esa combinación concreta de sparkgap y bobina
secundaria en forma de hélice, transformador radiante (diferente del
convencional).un principio que sin duda y lamentablemente para la
historia, muy pocos o ninguno comprendieron JAMAS.
Los transformadores de Tesla no eran por tanto
dispositivos electromagnéticos, sino que utilizan ondas de choque radiantes,
para producir puro voltaje sin amperios. Cada transformador tenía un
pulso de duración específica y que tenía una fuerza concreta. Por lo tanto,
tenía que ser “ajustado” independientemente a través del sparkgap para
establecer una duración del impulso específica (muy específica). Y una
vez estos parámetros habían sido debidamente ajustados, los impulsos podrían
fluir suave y libremente a través del sistema, como si de un gas fluyendo por
una tubería se tratara.

Sistema de transmisión de energía por un cable de
Tesla
A partir de estas analogías “gas-dinámicas” Tesla obtuvo un
registro coherente de evaluaciones. Tesla comenzó a considerar si estas
descargas en forma de llamas blancas, significaban que las descargas
electrostáticas eran en realidad una forma de gas por naturaleza. De gas en el
sentido eléctrico de la palabra. Sin embargo, no era menos cierto que existían
abundantes experimentos con gases y ninguno de ellos había manifestado un
comportamiento siempre de manera muy diferente a cualquier cosa eléctrica que
nadie pudiera imaginarse. La manera en la que la onda de choque radiante viajaba
por el alambre en forma de pulsos resplandecientes y
parpadeantes (flimmering), trajo una nueva idea revolucionaria Los
impulsos de voltaje puro atraviesan la superficie secundaria como un pulso de
gas en contracción. Hasta llegar al extremo libre de la bobina, estos pulsos de
gas fluyen sobre la superficie de cobre en lugar de a través de él. Tesla se
refirió a esta manifestación específica como el “efecto piel”. En este la
descarga se parecía mucho a la manera en como los gases se movían sobre una
superficie.
Además, cada vez que una punta de metal se acercaba a la terminal
superior de uno de sus transformadores, un flash de corriente se le acercaba
directamente. Se comportaba de manera parecida a como lo hacía un chorro de agua
en una tubería. Cuando la corriente “flimmering” se dirigía a las puntas de
metal, producía cargas electrónicas. Esta producción se medía como
amperaje solo en el lugar de recepción. En tránsito sin embargo, no existía tal
amperaje. El amperaje aparecía sólo cuando era interceptado. Eric
Dollard encontró que en el espacio que rodeaban estos transformadores de Tesla,
esta “corriente de la interceptación” puede llegar a medir varios cientos o
incluso miles de amperios. ¿ Pero de que estaba compuesta este flujo de
corriente? Tesla luchó contra la duda de que estos fenómenos de descarga
eléctrica podían ser electricidad ordinaria comportándose de manera
extraordinaria. Pero, ¿realmente la electricidad tiene un carácter
suave, delicado, frío , negentrópico (!! oh gran blasfemia!!) y
“flimmering”? La electricidad con la que estamos familiarizados (y estaba Tesla
obviamente hasta la fecha) era impactante, caliente, ardiente, penetrante,
mortal, es decir, todos atributos negativos y entrópicos. Este fenómeno de
descarga ya sea fría o caliente al tacto, era suave y apacible. Definitivamente
no mataba.

Patente de Tesla
Incluso la forma en la que el pulso explotó en un brillante blanco
de descargas de alto voltaje, era muy parecido a la forma en la que los gases se
comportan cuando se liberan de estar confinados a muy alta presión. Estas
reflexiones convencieron a Tesla, de que este efecto no era algo de naturaleza
puramente eléctrica. Al examinar de cerca las llamas blancas, Tesla se dio
cuenta de por qué no era medible la “corriente eléctrica” en la
corona.Los responsables de transportar las cargas, los electrones, eran
mucho más pesados comparados con estos transportadores de carga, eran
diferentes, otra cosa, definitivamente los electrones no podían viajar tan
rápido como estos pulsos. Ahogados en la bobina, los electrones se
quedaban inmóviles. No había corriente de electrones moviéndose en la bobina.
Los pulsos que se movían sobre la superficie de la bobina, eran por lo tanto, de
naturaleza NO electrónica (no tenían carga, eran de una masa despreciable
exactamente igual a como se comportan… los neutrinos).

Y además de todo esto, Tesla descubrió un fenómeno
sorprendente, que eliminó todas las dudas sobre la verdadera naturaleza de estos
portadores energéticos. Tesla construyó una barra pesada de cobre en forma de U
sometida a muy alto voltaje, con las dos piernas conectadas directamente a un
spark gap. En estas barras se colocaron varias lámparas incandescentes. Las
lámparas se iluminaron con una brillante luz blanca y fría
(es importante
abrir aquí un paréntesis; esta parte ha sido traducida diferente, porque lo que
pretende explicar Vassilatos es este
circuito llamado Tesla Hairpin Circuit, y es que esta es la forma más
sencilla de obtener energía fría o radiante que se conoce. Lo podemos ver en este
vídeo o en esta otra conferencia deKarl
Palsness donde podemos ver una presentación de dicho sistema, en este caso
hecho con transformadores de alto voltaje y otras partes compradas en ebay.
Podemos ver como la bombilla es sumergida en agua sin que se produzca ningún
cortocircuito. Sin embargo no se puede asegurar que se trate de una demostración
de la existencia de la energía fría como ellos aseguran, ya que a alto voltaje y
baja frecuencia con muy bajo pero atención NO ZERO amperaje, este fenómeno puede
ocurrir perfectamente. Solo la naturaleza fría de la misma revelaría tal
existencia).
Aquellos que observaron este experimento, no esperarían
otra cosa que la incineración del circuito y muy posiblemente de la propia
dinamo. En lugar de esto, los testigos vieron una maravilla. Las lámparas
encendidas de un brillo totalmente fuera de lo común. En esta simple
demostración, Tesla ilustra una las muchas evidencias (que en sus patentes
dejó de la existencia de tal electricidad fría). Las cargas eléctricas
convencionales, es decir los electrones, hubieran preferido un circuito con la
menor resistencia. Sin embargo la corriente en esta situación, optó por
comportarse de manera totalmente contraria a lo que decía la teoría
convencional. Tal vez esto fuera cierto, pero estas corrientes, no eran
de electrones. Tesla utilizó repetidamente esta demostración de la evidencia del
“fraccionamiento” de las corrientes electrónicas(por un lado la que se
aprovechaba que era la fría y escalar, y por otro, la convencional caliente y
electromagnética necesaria para obtener la otra y crear el dipolo).

El proyecto HAARP, usaría esta tecnología fría a partir
de voltajesde millones de voltios.
Una nueva pregunta se deducía de todo esto, esencial y necesaria
para crear una nueva tecnología. ¿Y por qué separar o “fraccionar” la
electricidad, las dos diferentes cargas móviles responsables de cada una? Era la
forma geométrica de la bobina, lo que sin quererlo, había separado cada
componente. El flujo de los electrones a través de un cable era bloqueado
durante un breve instante, mientras el pulso de radiación era lanzado sobre la
superficie de la bobina como si de un pulso gaseoso se tratara. Los electrones
deberían de haberse empezado a desplazar INMEDIATAMENTE, pero, durante un
período corto de impulso, eran bloqueados por la resistencia de la línea (en
otro artículo hablaremos de la componente divergente del campo eléctrico y los
neutrinos para que todo esto se entienda mucho mejor). Durante este
instante, estas “cargas móviles gaseosas” creaban un pulso de presión de extremo
a extremo de la bobina externa.

James
Clark Maxwell
Aquí pues se ponía de evidencia (y
Tesla dejó INNOMBRABLES datos y testimonios en sus artículos en periódicos como
el New York Times, memorias, apuntes de laboratorio, y sobretodo, en sus
patentes para aburrir de este hecho), que la electricidad
estaba compuesta por al menos dos tipos de cargas eléctricas
móviles. Tesla ahora comprendía por qué nunca en sus primeros
dispositivos de alta frecuencia y alto voltaje no se ponían en evidencia estos
hechos. Fue la brusquedad, la violencia de la descarga a través de los
sparkgaps (el hecho de trabajar en sistemas totalmente alineales,
asimétricos, muy lejanos del equilibrio), lo que dio la oportunidad de
descubrir esta insospechada y “gaseosa” segunda componente de la electricidad.
Los
impulsos unidireccionales, eran el único medio por el cual estos potenciales
podrían ser desbloqueados. La corriente alterna eran absolutamente inútil en
este sentido. Además, debido a que la corriente alterna no podía dar rienda
suelta a que se mostrara esta parte de “gas dinámico”, esta segunda componente,
hico que se convirtiera en un medio inestable, débil y AMPLIAMENTE
superado. Tesla consideró LITERALMENTE a partir de este momento a
sus
dispositivos de alta frecuencia alterna como proyectos fallidos.
Esto es de gran importancia en sus puntos de vista críticos con Marconi, y en
todo lo que perseguían con la nueva radio de onda alterna a alta frecuencia.
Tesla comenzó a creer, que el campo dieléctrico era compuesto de
flujos de “éter”. Esto le valió el encontrar los mayores y más críticos enemigos
que un científico se ha ganado en este siglo (en mi opinión en toda la
historia de la ciencia. La controversia por la existencia del éter y su
estúpida, ridícula Y INFUNDAMENTADA negación por el stablishment a partir del
experimento de Michelson Morley, es en mi opinión EL MAYOR ATENTADO AL
CONOCIMIENTO DE TODA LA HISTORIA). Tesla, con el mayor interés posible,
comenzó a investigar “el éter” (Tesla se pasó una media de 20 horas al día
investigando sin parar durante estos años).
Creía que los campos
dieléctricos se componían en realidad de flujos de éter. Teóricamente, entonces,
se podría obtener energía sin límites por la captura estos picos de línea
dieléctrico de electricidad (este es el concepto de energía libre tan mal
entendido y usado por las teorías de la conspiración). El problema es que
no hay material que pueda generar momento a partir del éter. Con una corriente
tan rara como para atravesar todos los materiales conocidos, la energía cinética
inherente a las líneas del campo dieléctrico seguiría siendo una fuente de
energía difícil de alcanzar e utilizar (la pregunta es, puede la energía
fría generar trabajo, mover máquinas etc…???). Tesla creyó haber encontrado
el secreto para aprovechar esta energía, y que esta no requeriría de ningún tipo
especial de materia. Tesla empezó a ver el voltaje como UNA corriente de
éter en diferente estado de presión (mayor voltaje mayor
presión). Lanzar estas presiones etéricas podrían
producir que se manifestaran estas enormes corrientes, en brillos altos y
extremadamente luminosos. Esta era la condición que Tesla creía que se había
establecido en sus NUEVOS transformadores.

Bombilla
de carbono sin necesidad de vacío de Tesla, que solo podía funcionar con energía
fría
De hecho, Tesla declaró repetidas veces que sus transformadores
efectuaban fuertes “movimientos en el éter” de cara a producir trenes de
impulsos muy rápidos, en forma de “serpentinas de electricidad extremadamente
brillante, blanca, inocua y fría al tacto”, de naturaleza eléctrica, porque
necesariamente se han necesitado de varios millones de voltios para generarlas.
Su inocuidad estaba unida a su carácter sinuoso, una característica
completamente diferente de las corrientes eléctricas convencionales.
Para entender la tecnología de Tesla a partir de este momento, se
debe eliminar la idea de que los electrones son los “fluidos eléctricos” que nos
han enseñado hasta ahora, y imprescindiblemente en todos sus diseños 100%
basados en tecnología de energía radiante. Con la bobina inferior conectada
directamente a la dinamo, la corriente de alta tensión etérica se proyectaba
desde el terminal superior. Al describir cada una de sus patentes relevantes en
esta nueva tecnología, Tesla siempre se refería en términos de “rayos vivientes”
y de “medio natural”. El primer término se refiere a las corrientes de éter
restringidas, que salían desde sus transformadores a lo largo de un único cable,
y el segundo se refiere a la atmósfera del éter que todo lo impregna.
Es imposible por tanto comprender la tecnología de Tesla
aparte del tema siempre controvertido sobre la existencia o no del
éter. El problema, es que los científicos rechazan el concepto
del éter sin antes buscar y descubrir las pruebas de ello, y que han sido
establecidos por algunos (muy
pocos) experimentadores como Eric Dollard (se
trata de una lucha de titanes contra el stablisment científico, decidido a
perpetuar el mayor ridículo de la historia de la ciencia). Los
sistemas eléctricos y los aparatos de Tesla, no pueden ser comprendidos ni
explicados con el electromagnetismo convencional. Hay que ver la
tecnología de Tesla como si de un gas éterico y dinámico se tratara.

Tom
Brown, cofundador de Borderland Sciences
Ahora era fácil de entender cómo estos flujos etéricos pueden y
podían penetrar los metales y los aislantes por igual, sin importar su grosor.
La electricidad convencional NO PODÍA hacer estas maravillas. ¿Qué posibilidades
surgían de esta nueva tecnología del éter?
Las bobinas cilíndricas normales,
fueron reemplazadas rápidamente por bobinas en forma de cono y bobinas
planas
(Vemos aquí las patentes de las Tesla pancake coils o bobinas planas de Tesla, las normales
y las bifilares, que en un artículo posterior explicaré porque producen el
efecto de transformar la corriente convencional en radiante).
Con estas geometrías extrañas, permitían maximizar la componente
radiante de la electricidad. Pero Tesla se dio cuenta de otra realidad,
y es que estas descargas, eran de muy muy baja potencia. Solo una gran y enorme
emisora de radio (la torre
Wanderclyffe) tendría el poder de dispersar uniformemente
la radiación radiante en todas las direcciones (y llegar
con ello a todo el mundo, el sueño de Tesla
cumplido). Las descargas ondulantes producirían
grandes pérdidas a gran distancia. Las personas no recibirían suficiente
energía si esta no era FOCALIZADA en SU ORÍGEN. Era
necesario suprimir estos chorros étericos como fuera, lo cual, era algo harto
complicado.
Tesla encontró que estas corrientes podían ser absorbidas usando
grandes, enormes condensadores, y de esta manera, absorber las cargas,
filtrarlas, y expulsarlas cuando fuera el caso. El uso de esferas de cobre
encima de sus transformadores obligó a separarlos debidamente para evitar las
descargas. Pero un nuevo problema apareció. Las esferas de cobre, producían
descargas electrostáticas convencionales mortales que era necesario repeler y
evitar, diferentes de las descargas frías.
Comparando las dos, Tesla reconoció la diferencia entre los dos
portadores de carga, ya que en varias ocasiones y especialmente en una, Tesla
salvó la vida de milagro cuando una chispa de tres metros de largo le golpeó
directamente sobre su corazón. Los metales, no eran de utilidad en este caso,
siendo reservorios naturales de electrones.
El aire de alrededor se había ionizado y emitía una extraña luz
propia, una luz sin igual, que la bobina de alta frecuencia nunca hubiera podido
producir. A diferencia de la alta frecuencia convencional, la energía
radiante crecía con el tiempo demostrando una vez más que se trataban de
descargas de impulso unidireccional, de manera que con el tiempo se volvía
acumulativas. En este sentido, Tesla observó y documentó aumentos de energía,
que eran total y absolutamente contrarios a la convención ordinaria de
ingeniería.

Ecuaciones
de Maxwell
Paralelamente, Sir Oliver Lodge afirmó que el único medio para
“llegar al éter” era “un medio eléctrico”, pero ningún miembro de la Royal
Society había sido capaz de lograr esta hazaña (y menos aún de
entender), con la rara excepción de Sir William Crookes. El método de Tesla
utiliza el éter para modificar el éter. El secreto era separar las dos
partes del éter en el origen mismo, en la generación, una hazaña que había
logrado con sus transformadores y los sparkgaps magnéticos.
Tesla usó
la violencia de las descargas del sparkgap magnético interrumpido para separar
los dos portadores, el electrónico y el etérico, en partes separadas. Esta
condición no se podía lograr si se permitía alternar la corriente. Tesla vio que
la corriente eléctrica era realmente una compleja combinación de éter y
electrones. Cuando el alto voltaje se aplicaba sobre el sparkgap magnético, un
fraccionamiento tenía lugar. Los electrones eran expulsados por la influencia
magnética fuerte. Las corrientes de éter de carga neutra, seguían circulando por
el circuito. Por el hecho de prácticamente carecer de
masa (neutrinos) en comparación con los electrones, podían pasar a
través de la materia con cero esfuerzo. Su extrema velocidad (veremos más
adelante porque era superior a la luz sin que esto afecte a la teoría de la
relatividad), velocidad superluminal, era consecuencia de su carácter
incomprensible y sin masa. Cada vez que un impulso radiante comienza en algún
punto del espacio, un movimiento incompresible ocurre al mismo instante a través
del espacio, en todos los puntos a lo largo de ese camino (comportamiento
escalar). Este movimiento se produce como un rayo sólido, una acción que
desafía las consideraciones modernas de retrasos de la señal en el espacio. !
Era una pura energía! !Energía radiante.!
Si se pregunta si la energía radiante se puede comparar con
cualquier objeto físico o energía física existente en la actualidad, uno tendría
que responder ROTUNDAMENTE NO. No podemos establecer un
paralelismo entre la energía radiante y las energías de luz con que la ciencia
ha lidiado(este conocimiento ha sido secuestrado). La tecnología de
Tesla es una tecnología de Impulso. Sin el impulso que se descarga sobre un
sparkgap unidireccional, no se manifiesta la energía radiante.