martes, 14 de febrero de 2012

Entrevistas sobre las vacunas

Os paso un par de entrevistas del diario EL MUNDO, a 2 personas. La primera que os pongo es a Miguel Jara, un periodista dedicado al tema de la salud.

La otra es a una madre, la cual sus respuestas represantan a muchas personas, de la cual yo me incluyo:

Fuente: www.migueljara.com

(Entrevista a Miguel Jara)

Publicado por Miguel Jara el 9 de febrero de 2012
A finales del mes pasado una periodista del Magazine de El Mundo se puso en contacto conmigo:
“Estoy haciendo un reportaje sobre el repunte del sarampión y la postura de algunos padres reacios o directamente contrarios a la vacunación infantil. He mirado tu página y he visto que has investigado sobre el tema y que tienes contactos con padres que mantienen estas posturas. En el reportaje van a intervenir algunos médicos defensores de la vacunación, como el presidente de la Asociación Española de Vacunología y algún médico de microbiología de algún gran hospital, y es importante que también la otra parte, la que no está de acuerdo con la vacunación, explique su postura y sus razones”.
Le he facilitado contactos y he respondido a sus preguntas pero al final su criterio ha sido no publicar mis respuestas. Así que a continuación publico preguntas y respuestas. Me preguntó dos cosas:
1. ¿Por qué crees que hay padres remisos o directamente contrarios a vacunar a sus hijos?
2. En 2010 hubo 177 casos de sarampión en España. Pero tan solo un año después los contagios se han multiplicado por diez, llegando a los 2.000 casos en 2011. Este repunte, que también sucede en otros países desarrollados, es atribuido por algunos expertos a la postura de ciertos padres que no han vacunado a los hijos, entre otros factores (como que muchos adultos no pasaron el sarampión en la niñez, que la vacuna no protege durante toda la vida, etc.). Se dice también que la postura de estos padres no sólo afecta a los niños, sino que pone en peligro al resto de la población. ¿Qué opinas al respecto?
Como me resultaban reiterativas le dije que en vez de contestar a las dos contestaría con un párrafo de crítica y luego otro más constructivo sobre qué hacer:
Hay muchas razones, en parte por las campañas de marketing del miedo que están desarrollándose para mantener y aumentar el mercado de las vacunas, que ayudan a confundir. El ejemplo más obvio ha sido la inexistente pandemia de gripe A por la que se fijó como objetivo a las embarazadas e infantes. El lobby, los conflictos de interés y los últimos escándalos farmacéuticos dañan la credibilidad de las instituciones sanitarias -OMS, ministerios y Consejerías de Sanidad, agencias de medicamentos, sociedades científicas- y el ciudadano percibe que se le está utilizando. También la falta de información fidedigna sobre vacunas. Hace unos días el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP), financiado por uno de los grandes laboratorios productores de vacunas, GlaxoSmithKline, difundió en tono alarmista, los datos sobre repunte del sarampión. La semana anterior supimos que GlaxoSmithKline recibió una sanción de la agencia de medicamentos argentina tras la muerte de 14 bebés durante los ensayos clínicos realizados en niños pobres de vacunas contra la neumonía y la otitis. Al poco de la campaña de la AEP Diario Médico publicó sobre una sentencia del TSJ de Castilla y León que condena a la Administración a indemnizar a un bebé vacunado con la triple vírica que quedó minusválido.
En España las vacunas, todas, son de libre elección y para poder elegir debemos de tener toda la información, para ello las fuentes han de ser independientes. Es necesario democratizar las instituciones, ahora mediatizadas por los intereses comerciales. Que cese el lobby y los conflictos de intereses sean declarados. Garantizar la transparencia de la industria. Que la formación médica sea pública e independiente. El uso de vacunas ha de racionalizarse; saber cuales son estrictamente necesarias, con un estudio individual del candidato a vacunarse, con un protocolo claro para evitar posibles daños (no olvidemos que son medicamentos y van destinados a personas sanas con sus sistemas inmunitarios en formación) y después decidir con total libertad.
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(Esta otra entrevista es a Patricia)

Publicado por Miguel Jara el 13 de febrero de 2012
Se ha publicado el reportaje sobre la vacuna del sarampión en el que no participo. Quien sí aparece es Patricia, madre crítica con las vacunas, cuyo contacto le pasé a la periodista. No he leído todavía el reportaje pero sí que he leído lo que ha colgado en su blog Patricia, las respuestas a las preguntas de la redactora de El Mundo tal y como se las entregó. Considera esta madre que en el texto del Magazine se le llama “necia”, su opinión, como esperaba es única entre los portavoces de la Asociación Española de Pediatría (aunque no sabemos si lo hacen en nombre de quienes les financia, el laboratorio fabricante de vacunas GlaxoSmithKline y estoy deseando leer el reportaje para ver si declaran su conflicto de intereses).
Creo que Patricia es una persona prudente y sensata que aunque con matices, pues cada persona es una opinión, nos representa a muchos en ese reportaje:
1. ¿Por qué no has vacunado a tu hija? ¿Tienes argumentos científicos para apoyar tu postura?
Soy muy recelosa con la industria farmacéutica en general. El tema de la gripe A, fue un “número” de mucho cuidado. Si bien se han hecho grandísimos avances que han salvado vidas a lo largo de la historia, eso es indiscutible, este sector no se ha librado de las tendencias económicas neoliberales que comenzaron hace unas décadas, haciendo incluso de la prevención un negocio obviando otros muchísimos aspectos que saben que nos enferman como la alimentación, el aire que respiramos, los químicos, las tenencias robotizadas de crianza y otras muchas cosas. Si no nos preguntamos qué nos llevamos a la boca, qué nos metemos en el cuerpo y cómo, si no nos respetamos a nosotros mismos y al lugar que nos tocó vivir, ¿entonces que nos queda? Habría que preguntarse de dónde viene esa falta de respeto que nos tenemos. Yo creo que ya se remonta a la vida primal y al sistema social patriarcal.
Se alude a la ciencia cuando interesa y cuando no, nos olvidamos que ciencia son también muchas cosas que no vemos y que la ciencia también tiene alma y ésta es sutil, se obvia, me resulta gracioso, pero sí, me informé, vacuna por vacuna, su forma de administración, su cobertura inmunológica, si merece la pena, porqué se ponen cuando el bebé es tan pequeñito, si se puede esperar…
Yo no soy antivacunas, no me gustan las etiquetas reduccionistas, reconozco que sigo dudando si vacunar a mi hija contra el tétanos o la polio, por ejemplo, no sé si sabes que en continentes como África estas vacunas han salvado muchas vidas, en concreto la primera. Lo que sí tengo claro es que ante una esclerosis múltiple, un lupus, enfermedades respiratorias crónicas, un autismo o un ataque epiléptico cada dos horas, que son efectos colaterales de algunas vacunas, todos documentados por la FDA [agencia de medicamentos de Estados Unidos] prefiero quedarme con un sarampión, unas paperas o una tosferina, por muy fatales que me las pinten. Este tema del sarampión parece el fin del mundo y es una vergüenza que haya médicos que ya no sepan tratar estas enfermedades “calientes”. Lo curioso es que en el Canal Metro de Madrid no sale que por sacar malas notas a los niños les están administrando anfetaminas (ritalín) a discreción por psicólogos, tengo un caso cercano y hay cientos de nuevos casos cada día.
2. Desde los organismos sanitarios oficiales se señala que los padres que no vacunan a sus hijos se están beneficiando de la inmunidad que les proporcionan los padres que sí vacunan, porque sólo gracias a las vacunas se consigue que el conjunto de la sociedad no sufra las epidemias que hace sólo 30 años enfermaban y llegaban a matar a mucha gente. Y que, además, si se abandonan masivamente las vacunaciones volveríamos a esa situación. ¿Qué tienes que decir a esto?
Que los organismos sanitarios oficiales se equivocan (una vez más), tienen detrás unas presiones inmensas de la industria. Es cierto que hay pediatras a los que aprecio que opinan que las vacunas en general están muy bien, me parece perfecto, las vacunas no inmunizan al cien por cien, las inmunizaciones masivas no son la panacea, pero desgraciadamente se asocia una cosa a la otra. Parece mentira que nos escandalicemos con un sarampión y no nos llevemos las manos a la cabeza con el incremento de autismos, cáncer y demás en niños, es de locos.
En general la tendencia es vacunar sin más, a mí esto me parece escalofriante, yo creo que el tema de las vacunas es un efecto colateral más del poco sentido crítico de la población, caemos como moscas en la comodidad y el inmovilismo y la sumisión, todos estamos demasiado ocupados, no tenemos tiempo, ni para investigar, contrastar, poner todo en cuarentena, nos apoltronamos… quizás porque nos falte algo desde que nacemos, nuestra parte de dignidad humana.
Desde aquí recomiendo el Libro de la pediatra suiza, Francoise Berthoud¿Hay que vacunar a nuestros hijos? por no poner más recomendaciones.
3. Si dentro de unos años tienes que viajar con tu hija a algún país no desarrollado ¿la vacunarías, teniendo en cuenta que allí sí hay enfermedades que matan a niños y adultos y que en el Primer Mundo están controladas?
He viajado, y curiosamente para la malaria que es de las más peligrosas no hay vacunas, solo una profilaxis. Me imagino que la investigación no merece la pena, ya que estos países no las pueden costear, azotados por deudas que su población no ha disfrutado y por élites corruptas, lo estudiaría primero, claro está no se las pondría al tun tun.
A día de hoy, mi hija con sus tres años y medio ha estado períodos de más de seis meses sin saber lo que es un moco o una tos, ha atravesado inviernos en la calle sin una broquiolitis ni un moco (ahora es distinto porque ya se relaciona más) no sabe lo que es nada crónico, ni una diarrea, ni un estreñimiento, jamás se ha quejado de ningún dolor, ni de tripa, ni de cabeza, no ha tenido nada que no fuese algo vírico (dos gastroenteritis), lo último una bronquitis que no le dejó ninguna secuela, no ha tomado ibuprofeno ni antibiótico, jamás, solo algún mililitro insignificante de paracetamol con los dolores de muelas, que ni siquiera ella quería tomar, que las cosas pueden cambiar, pues claro, pero qué quieres que te diga, “que le quiten lo bailao!”. Es una niña sana que ha tomado leche materna desde que nació, casualidad? puede ser, pero lo dudo.
Si está relacionado con el hecho de no vacunarla o no, pues no lo sé, pero mi intuición de madre me dice que ha ayudado.
4. Tú misma, si viajaras a países como Tailandia, Colombia, algunos países africanos… ¿te vacunarías contra la fiebre amarilla y contra otras enfermedades, tal y como señala el Ministerio de Asuntos Exteriores en sus recomendaciones para viajeros?
Ya lo he hecho, lo dicho, no me he vacunado de todo en su momento…

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